Jouer avec le fëu

Y agujereando un arte como yo todo estúpido decía, resultó que la tinta en boca de lobo se consumía..

¿Había otra forma de terminar aparte de el sonido del choque entre un garabato y un ave estrellándose a un espejo?

Sudor frío se burlaba de su cintura, miedo e inseguridad expresada libremente en su rostro.

comemos un cerebro mientras leemos una fotografía, se podía observar en uno de los vidrios empañados a causa de nuestra calentura fría.

Escrito desde afuera con caligrafía tan fina, dejaba que recuerde como es que juntaba las rosas con la nicotina

La situación rechinaba los dientes y se hacia muy incómoda, pupilas alimentándose de quien sabe que, pero en un un abrir y cerrar de ojos, triplicaban su tamaño normal.

Más que un instante con el tiempo acelerado, mi rostro luchaba contra la gravedad mientras pensaba en la distancia entre mi ventana en la habitación y el abrigo de mi acompañante moviéndose en la acera 5 pisos abajo.

Oh, realmente me excita el cabello rojizo pedazo de píldora maleducada.

Digamos que una sensación de "estoy tarde" hizo pedazos el timbre de la realidad.

Corre!

Hacía falta un regalo, no se podía llegar con las manos vacías.. el regalo adecuado, aun no me dicen para quien es, pero la arena tiene un sabor algo salado.

Distintos granitos de arena, ya con su debido nombre claro está hicieron que me de cuenta que quiensabecomo había llegado a aquel sinfín celeste de múltiples diamantes oculares.

El mar parecía algo molesto.. como que concordábamos en la ideología de que somos mascotas de nuestras mascotas, y me parece excelente. Aún así sabía que no era parte de su público deseado, por el simple hecho de ser un dictador en calzones, que era como ellos se referían al ser humano.

El suelo nublado y el cielo rozando mis pies descalzos, la brisa invitándote a reposar entre piedras esculpidas para pasar la noche con la melodía de un héroe caído en batalla contra su propio cerebro y mi heroína pidiendo heroína para su heroína.

Tentador, digamos que consistía en un lavado de cerebro, fue difícil pensarlo dos veces siendo ya la tercera.
Te susurraban que te dejes llevar sin mirar, tan solo acurrucar entre tantas heladas manos.

Podía sentir que atrás sonreían.

La mirada ya estaba perdida, divagando sin lágrimas entre vientre y filosofía.

¿Y ahora a donde deseas ir pedazo de píldora maleducada?

Quirós